En la reforma y distribución de una casa o piso, son claves una buena planificación y una eficiente ejecución de la obra. No es algo prohibitivo, sopesa realidad, calidad y soluciones con un extra añadido, una estética, un diseño, que nos haga sentir cómodos.
Imprescindible un buen profesional, con infraestructuras, equipo y un lugar físico al que poder acudir ante cualquier duda, antes y después del trabajo. Un chapuzas aceptará cualquier encargo, es amigo del primo de un manitas o un especialista formado en televisión o internet. Un profesional asesora, hace un estudio y plantea soluciones, no dice que sí a todo, se adapta a la realidad, no genera problemas, los solventa, y sobre todo aprovecha materiales y recursos ofreciendo garantías. Tiene un nombre respaldado por firmas de prestigio porque ha demostrado profesionalidad y continuo reciclaje. Además cuenta con una exposición de productos; no es sólo un número de teléfono en una furgoneta de alguien que podrá mostrarte un catálogo.
Ante una obra nos condicionan dos premisas: necesidades a cubrir (almacenaje, minusvalía, organización…) y precio. Situarnos en una posición realista es fundamental, nuestra casa no tiene los metros ni las vistas de las de revista y NO existen las gangas, evidentemente habrá unas pequeñas diferencias entre un mismo producto o similar, que estarán suplidas con calidad, servicio post venta, garantías, ejecución de obra, etc, pero cuando algo tiene un precio inferior al de producción desconfía.
Un lavado de cara es de todos sabido que resulta más económico, pero sólo es eso, superfluo y temporal. Se utiliza normalmente en pisos de alquiler o que se quieren sacar a la venta con una mejor primera imagen.
Cuando es tu vivienda recuerda que invertir es ahorrar, no tirar nada de lo que has hecho. La finalidad de cualquier obra es mejorar la funcionalidad, déjate asesorar, con flexibilidad y personalización optimiza el espacio. Aunque tu presupuesto no te permita hacer todo lo que querías, seguir una guía de trabajo cubre las exigencias de la obra, disminuye considerablemente el gasto y te permite desarrollarlo en fases: aislamiento, disminución de gasto energético, redistribución de espacios, etc.
Si los muebles de cocina son impracticables, o el cambio de decoración del baño resulta insuficiente, hace que nos vayamos planteando reformas de mayor o menor envergadura, desde cambio de la bañera por un plato de ducha en el aseo, a la distribución del interior de un armario o a una reforma integral eliminando elementos que ya no resultan prácticos.
Es vital una buena distribución, almacenamiento útil y ausencia de obstáculos, como puertas correderas, cajones y mecanizaciones. Existen múltiples soluciones de diseño liviano, especiales para viviendas con pocos metros o para aquellos que necesitamos zonas de trabajo diferenciadas y bien organizadas, con orden mental y visual para facilitar la limpieza.
Los profesionales de Ambolk interiorismo y reformas somos partidarios de buscar soluciones para cada espacio, la sencillez lo engrandece, el gusto y el precio van de la mano, pero este ya es un tema que trataremos en otro blog…
