El antes y después de una pequeña reforma y decoración de un dormitorio, es un ejemplo de redistribución de espacio perfectamente válido tanto para un piso como para un pequeño apartamento.

Vamos a transformar un dormitorio sencillo y discreto en un espacio funcional y de tendencia, jugando con el espacio, la luz y la estética.

Siempre mantendremos la entrada de luz natural junto a la cama, imprescindible para leer, aunque el cabecero o las mesillas estén complementadas con lámparas o apliques.

Podremos reutilizar los elementos existentes, sólo se ha sacrificado el antiguo armario de obra, como veis en el pequeño plano hecho a mano.

Trazar un vestidor con armarios adyacentes, dos unidades en un único concepto, aprovecha la habitación sin agobiar y gana espacio de almacenaje, con el extra de decorar el dormitorio matrimonial, creando intimidad y confort.

El diseño de armarios, closet para dormitorios, es el protagonista de la composición.
El orden visual, un recurso que se ha potenciado por el dominio del blanco, sin duda todo un acierto, paredes en blanco roto que aportan luminosidad y sensación de frescor, ampliando visualmente la composición; a juego con armario y vestidor de suelo a techo, complementado con una cómoda con cajones y parcialmente abierta, que permite pasar la luz y decorar con objetos personales o accesorios. Es el aliado perfecto para dar calidez, generando una zona de paso práctica y ligera.

Los contraste lo aportan la tarima de roble con el zócalo alto blanco y las puertas que se lacan en blanco, incluso la de acceso al baño.

El toque colorista lo da el revestimiento del cabecero de la cama, con la personalidad propia de una obra de arte que consigue llenar de vida una decoración artística y muy personal.

El vestidor hecho a medida ha permitido planificar su distribución según las necesidades y hábitos de orden. La elección del blanco impoluto, juega a favor de la falta de metros, la sencillez engrandece el espacio, le da un cierto aire natural a la zona de acceso al baño.